miércoles, 16 de noviembre de 2011

El método fonético

El método fonético ¿es una de las estrategias de enseñanza docente más válidas para prevenir dificultades de lectura?
     El método global constituye un peligro para los niños de orígen social bajo. Para estos niños la probabilidad de tener padres u otras personas próximas que sean capaces de leer a un nivel normal y que podrían enseñarles a leer el código alfabético es mucho más baja que para los niños procedentes de familias de ambientes más favorecidos. Al contrario del método global, el método fonético se basa en la idea de que en el proceso de aprendizaje existen una serie de procedimientos que llevan a la comprensión.
     Existen investigaciones citadas por Morais (1999, p.231) que aluden a que en las clases que seguían el método fonético se observaron correlaciones positivas entre la comprensión lectoras y diversas medidas de las capacidades lingüísticas del niño (desarrollo sintáctico, longitud media de las frases, etc.); en las clases con método global estas correlaciones eran negativas. Parece paradógico que, precisamente los niños con un mejor desarrollo lingüístico, tengan tendencia a comprender peor los textos. Sin embargo, es algo que se puede explciar fácilmente en el marco de una teoría que reconoce la importancia del aprendizaje inicial del código alfabético. La insistencia exclusiva en las capacidades lingüísticas de los niños, en un momento en que el aprendizaje del código es crucial, puede frenar el desarrollo del reconocimiento de palabras y, en consecuencia, también la comprensión de los textos. El recurso al contexto y a intentar adivinar, probablemente dominante en los niños que no conocen el código pero que tienen buenas capacidades lingüísticas, conduce a errores de reconocimiento que disminuyen la probabilidad de una adecuada comprensión de los textos.
     El método fonético constituye la vía real hacia la decodificación fonológica y, en esta medida, es mejor que cualquier otro método, ya que crea las condiciones para una lectura autónoma. Sin embargo, esto no implica que se deba dejar solo al lector principiante. Es necesario un seguimiento individual para verificar los progresos del niño y detectar sus dificultades. El efecto es positivo cuando se asegura el seguimiento por profesores cualificados. Parece ser que el seguimiento individual es mucho más eficaz que la reducción del número de niños en las clases, como lo demostrarían cinco programas de seguimiento individual llevados acabo en los EEUU (Morais, 1998, p. 237).

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